Salvador Sobral es un cantante portugués que en el año 2017
ganó Eurovisión.
Dentro de poco es el cumpleaños de mi madre y compre dos
entradas para verle.
La sorpresa fue al llegar, había un piano, un violonchelo y
una batería aparte del micrófono donde él iba a cantar. No era lo que tenía
planteado, el jazz inundó la sala nada más empezar, movimientos bruscos, luego melancólicos,
chillidos, la habitación parecía su hábitat natural, una parte más de sí mismo.
En un momento concreto la sala repleta de lágrimas tras la canción
ganadora de este concurso, las que se adueñaron de la sala fueron las voces que
habían pagado para ver a Salvador, esas voces que se unieron dando paso a una
sensación de paz; nosotros también éramos parte de esa habitación, nos pertenecía.
''El Teatro Nuevo Apolo recibía el lunes a Salvador Sobral en su primera noche en la capital con el cartel de entradas agotadas. Había mucha expectación por ver en directo al artista convertido en héroe nacional portugués tras haber conseguido por primera vez en la historia del país vecino, ganar el festival de Eurovisión. Pero ese ‘estigma’ de ganador de Eurovisión ya queda lejos, y hoy Salvador Sobral se confirma como lo que siempre ha sido: un gran músico con una técnica vocal asombrosa y mucha alma al interpretar. Así lo vivimos en directo y nos gustó tanto que repetimos en su segundo concierto de ayer y fue realmente emocionante.
Los dos días fueron muy especiales, no podríamos decir cuál nos gustó más porque durante las dos noches, Salvador Sobral nos encantó, vivimos con él la emoción que siente al cantar, porque se nota que ama lo que hace y lo sabe transmitir al público, y estas dos noches consiguió que lo viviéramos como él, gracias en parte, por supuesto, a la compañía de los tres grandes músicos que lo acompañaban y de los que hablaremos más adelante. Dos noches mágicas las que nos regaló Sobral.''
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