Exposición Juan Hidalgo


Mi opinión sobre la exposición de Juan Hidalgo.



Al entrar en la Tabacalera lo primero que me llamó la atención fue que no había ningún cartel explicando donde era la exposición, unos simples panfletos después decoraban la mesa, de no ser por eso, no me habría dado cuenta del comienzo.
La exposición tiene como cartel una obra que para mi gusto no tenía nada representativo de este artista o al menos no de esta exposición; para nada representaba esa exposición nada intima, llena de obras con miembros viriles, de hecho, una de las obras más representativa para mí fue Hacienda Glamorosa.    

La entrada a la exposición es una sala con unos pianos con banderas proyectadas los cuales no tenían cartel, yo pensaba que no eran parte de la exposición en cambio, sí que lo eran, gracias a un compañero me di cuenta de que eran parte de la obra, pero al no haber cartel pasó desapercibido para mí.



La forma de la exposición consistía en una especie de P con salas pequeñas pegadas a su alrededor sin darte a entender si era parte de las obras o no, en ciertos momentos me perdí entre las salas y los autores; tal vez mi capacidad de atención es poca pero tampoco las indicaciones eran demasiado claras. Las obras situadas en las salas pequeñas exteriores no parecían parte de la exposición, tal vez la falta de iluminación o el malestar que me producía una de las obras sonoras que retumbaba la sala creando cierta inquietud en mí, o tal vez porque no había de nuevo carteles con el nombre pareciendo así un cuarto de las escobas.

Más adelante las paredes blancas acompañaban una serie de fotografías muy bien situadas en la pared, daba un aspecto limpio con unas buenas luces dándote pie a entrar en la sugerencia de la obra, aún con el molesto sonido de antes.

                                      

  Cupulas con miembros viriles expuestos como si fuesen vitrinas con un foco encima creo sin lugar a dudas que es otro acierto por parte del comisario, invitaba a ser mirado sin ningún estorbo visual; esto también pasa con los retretes puestos en unas esquinas sobre unos cubos de color monocromático, negro y blanco, miras hacia abajo y te lo encuentras fácilmente.

                                                            

La instalación con cigarros y cerveza sobre la mesa me parece muy visual, cerca de los ojos con la facilidad de poder desplazarte, agacharte o ponerte de puntillas para admirar la obra con más detenimiento. En cambio, una de las piezas que más me llamó la atención fue la que peor expuesta estaba. Una mujer de cabellos oscuros sobre un fondo verde quedaba inadvertida debido a una muy mala iluminación, casi en la penumbra y un muy mal olor que no dejaba para nada disfrutar la obra.



Por ultimo y a destacar la obra instalativa expuesta en una esquina es un acierto ya que se puede ver con facilidad, la iluminación recae de lleno en ella por lo que tus ojos con tanto color, una buena iluminación y una buena situación en la exposición.



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